Los terremotos pueden tener impactos significativos en los edificios, provocando dos tipos principales de daños: arquitectónicos y estructurales. Cada tipo tiene consecuencias y consideraciones distintas para la reparación y la resiliencia.
Daños Arquitectónicos
Los daños arquitectónicos se refieren a los efectos visibles de un terremoto en elementos no estructurales, como paredes, fachadas, ventanas y particiones interiores. Estos incluyen grietas, fracturas o incluso el colapso de elementos decorativos, parapetos y otros componentes exteriores. Si bien estas afectaciones pueden implicar costosas reparaciones, generalmente no comprometen la estabilidad del edificio. Por ejemplo, en viviendas o edificios comerciales, las grietas menores en paneles de yeso o en revocos, ventanas rotas y fachadas dañadas son comunes tras terremotos leves o moderados. Sin embargo, estos daños, aunque perturbadores, no suelen amenazar la integridad estructural del edificio.
Daños Estructurales
Por otro lado, los daños estructurales afectan componentes esenciales de carga, como columnas, vigas y paredes de soporte. Las sacudidas severas pueden comprometer la integridad estructural del edificio, lo que podría llevar a un colapso parcial o total. En edificios antiguos, especialmente aquellos que no han sido reforzados para resistir actividad sísmica, el riesgo es mayor. Este tipo de daño afecta los elementos críticos que proporcionan estabilidad y soporte a la propiedad. Por ejemplo, si un terremoto provoca grietas en las columnas o debilita las vigas de los cimientos, el edificio podría no ser seguro para habitar. Los costos de reparación o reemplazo de estos componentes pueden ser prohibitivos y, en muchos casos, la reparación puede no ser viable económicamente.
Medidas Preventivas
A diferencia de otros desastres naturales, como los huracanes, los terremotos no son predecibles. La mejor forma de mitigar los daños es cumplir con estrictos códigos de edificios, asegurando que los edificios se diseñen para resistir fuerzas sísmicas. En países propensos a terremotos, como México, se han establecido códigos de edificios para mejorar la resiliencia estructural. Sin embargo, estudios recientes revelaron que más de la mitad de las estructuras afectadas por terremotos no cumplían con estos códigos, lo que agravó los daños.
Contar con un seguro adecuado también es fundamental para minimizar las pérdidas financieras por terremotos. En México, solo alrededor del 10% de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) tienen cobertura de seguro contra terremotos, en comparación con el 95% de las grandes corporaciones. Esta disparidad deja a muchas pequeñas empresas vulnerables al cierre después de un sismo. La cobertura contra terremotos suele ser opcional y varía según la zona de riesgo sísmico. En zonas de alto riesgo, los deducibles pueden oscilar entre el 2% y el 5% del valor de la propiedad, con tasas de coseguro entre el 10% y el 30%.
Uso de Sistemas de Alerta Temprana
Para reducir la pérdida de vidas, los países con alta actividad sísmica han implementado sistemas de alerta temprana. En México, una red de sensores sísmicos a lo largo de la costa del Pacífico detecta temblores y envía alertas a las principales ciudades con hasta 45 segundos de anticipación. Este sistema, conocido como SASMEX, alerta a residentes de ciudades como Ciudad de México, Guadalajara y Puebla, permitiéndoles evacuar edificios o buscar refugio en áreas seguras antes de que llegue la sacudida. En los terremotos de 2017, el sistema de alerta brindó aproximadamente 97 segundos a los residentes de la Ciudad de México para tomar medidas de protección, lo que probablemente evitó numerosas lesiones y muertes.
El Rol de un Evaluador de Daños
Después de un terremoto, los evaluadores de daños desempeñan un papel fundamental al evaluar los daños arquitectónicos y estructurales. Inspeccionan desde grietas menores hasta colapsos estructurales para determinar la seguridad de los edificios y guiar el proceso de recuperación. En propiedades residenciales, las evaluaciones oportunas son esenciales para que los residentes puedan regresar a sus hogares o encontrar refugio alternativo si es necesario. En el caso de negocios, especialmente aquellos críticos para la economía local, los evaluadores ayudan a acelerar las reparaciones, permitiendo que las empresas reanuden operaciones rápidamente y minimicen el tiempo de inactividad.
Comprender la diferencia entre los daños arquitectónicos y estructurales, cumplir con los códigos de edificios y contar con un seguro adecuado son esenciales para la preparación y recuperación ante terremotos. Mientras que los daños arquitectónicos pueden ser principalmente cosméticos, los daños estructurales pueden poner en riesgo la vida. Además, los sistemas de alerta temprana y las evaluaciones detalladas de daños ayudan a proteger vidas y acelerar la recuperación después de un sismo.